Jaziel Trasviña Osorio
Los recientes asesinatos de mujeres en Sinaloa y los feminicidios registrados en otros sexenios sobre los que no hay ningún tipo de investigación para su esclarecimiento y pronta detención de los responsables, coloca en la mira de la sociedad a la ex perredista, ex malovista y ahora morenista de hueso colorado Teresa Guerra Ochoa, quien regentea políticamente la secretaría de las Mujeres.
La inacción de la funcionaria estatal no es extraña. El currículum de Tere Guerra siempre ha sido de simulación. Su actuar nunca ha marcado diferencia a favor de las más necesitadas; en el pasado reciente, el “manejo” de sus colectivos de mujeres siempre estuvo encaminado a golpear y “aflojar” a los gobiernos en turno, para obtener prebendas, cuajar sus negocios particulares en el ámbito de despachos jurídicos, asesorías etc.
Ni siquiera cuando ostentó el cargo de diputada local perredista en la LVI legislatura, promovió alguna iniciativa que repercutiera en algún beneficio palpable de las sinaloenses ¿Qué no sabe Tere Guerra la situación precaria y de alto peligro que viven miles de mujeres en el estado?
Extrema pobreza, trata de blancas, explotación laboral, violaciones, desapariciones forzadas son la constante en vida de las niñas y jóvenes y mujeres adultas de Sinaloa, pero, ¿Cuáles son las acciones concretas que la funcionaria en mención ha implementado para evitar que sean agredidas o asesinadas?
Aparte de lamentar los proditorios homicidios de mujeres y de estar “pendiente” de la investigación de los asesinatos, no se ve el trabajo que debería de desarrollar para impedir la perpetración de más feminicidios, salvo la difusión de pomposas fotografías y la firma de convenios y más convenios y eventos en lugares refrigerados.
MARCHA GAY, ENTRE LA IZQUIERDA Y LA DERECHA
Las autoridades, por ley, sin duda, debe respetar las diferentes preferencias sexuales y los ciudadanos que las practican. Los colectivos han luchado y logrado un sinnúmero de avances a lo que reconocimiento de derechos preferencia, pero de igual forma es claro que detrás de todo movimiento social siempre existe “alguien” que saca tajada política o económica de estas demandas.
Desde finales del siglo pasado, la izquierda abandonó el abanderamiento de la lucha obrera y se avocó a respaldar movimientos de minorías que fueran por su inherente resentimiento social más sencillas de “manejar” y capitalizar. Los movimientos gays, feministas y de liberación sexual, son tierra fértil para los gobiernos de izquierda; por otro lado, la derecha camuflada en la Iglesia y la religión, contrarresta estas manifestaciones con los colectivos pro vida y defensores de los derechos de la familia, por lo que, ambos extremos, válidos y respetables, resultan ser al final una medición y demostración de capacidad de control y movilización.
TEMPORADA DE HURACANES Y EL FONDEN
El paso del huracán Agatha por el suroeste del país, principalmente por el estado de Oaxaca, dejó destrucción, pero sobre todo el sosiego y la incertidumbre entre miles y miles de familia por no saber cómo sobrevivirán en medio del desastre.
La descabellada desaparición del FONDEN (Fondo Nacional de Desastres Naturales) metió en estado de indefensión habitantes de casi treinta mil viviendas, cuarenta unidades médicas y doscientas escuelas, decenas de miles de hectáreas de cultivos, especialmente de café y papaya. Los municipios afectados se calcula que son alrededor de 40.
¿Qué va a suceder en Sinaloa con la próxima temporada de huracanes sin el fondo de desastres?, en caso de que alguna tempestad llegue a devastar parte de la entidad, agricultores, personas que viven en zonas marginadas, de alto riesgo, en la ribera de los ríos, etc., tendrán que rascarse con sus propias uñas para paliar la crisis que se presentaría.