Juan Manuel Partida Valdez
Es no solamente nuestra responsabilidad sino además una obligación exhibir a cínicos como el “profesor” Carlos Alfonso Rea Camacho.
Ha sido un vividor de la grilla magisterial.
Plazas desatendidas en escuelas del sistema federal, y jubilado con plaza de “tiempo completo” en la Prepa Allende de la UAS.
Se presumía como comisionado sindical, en numerosas movilizaciones y protestas.
Los periodistas lo veíamos siempre con un altavoz, muchas veces sin ser invitado.
Vivía casi en la SEPyC y está claro que no cumplía con sus obligaciones laborales, distantes de esas oficinas gubernamentales.
Recientemente compitió por la secretaría general de la Sección 27 del SNTE, y le pusieron tremenda paliza.
Lo tienen bien etiquetado como un parásito que no sabe ni quiere trabajar.
Su único propósito es seguir robando.
Como subdirector de la Secundaria Federal Agustina Ramírez, tuvo ahí a su hija Sthefany Rea Reátiga cobrando sin trabajar durante buen número de meses.
Hubo denuncia, una investigación que confirmó la ilegalidad, pero sin castigo para el papá y la hija delincuentes.
La nena es hoy subsecretaria del bienestar en el gobierno sinaloense, nombrada por Rubén Rocha Moya a pesar de conocer que robó como aviadora.
Carlos Rea insiste en dirigir la Sección 27, y le apuesta a que el gobernador quiere incondicionales en todos lados.
Que sea un raterazo no importa, y lo de la hija Sthefany es claro ejemplo de ello.
Este corrupto anda muy junto a Ramón Lucas Lizárraga, a quien proclama como “luchador social”.
Lucas fue denunciado formalmente cuando como director del CONALEP incurrió en desfalcos millonarios y toda una serie de ilegalidades debidamente documentadas.
Luego de la denuncia, que fue un gran escándalo, Lucas se postuló y convirtió en legislador de propina por el PRD, y con su fuero evitó primero que la justicia lo alcanzara y luego el congelamiento del caso.
Nos referimos a Ramón Lucas como evidencia adicional de que Carlos Rea es una lacra de primera.
Falta ver si Rocha Moya le da “hueso”.
Ya está demostrado que en este gobierno se perdió por completo la vergüenza.