Alvaro Aragón Ayala
La denuncia de la Unidad de Inteligencia Financiera para que la Procuraduría General de la República investigue al ex presidente Enrique Peña Nieto es un “calambre” político aplicado por el presidente Andrés Manuel López Obrador para que no se meta en la Sucesión 2023 del Estado de México y es un recado para el ex gobernador y embajador de México en España, Quirino Ordaz Coppel, vinculado al Grupo Atlacomulco.
En el 2016 Enrique Peña Nieto marcó la “ruta de la corrupción”, Estado de México-Sinaloa, imponiendo como candidato a Quirino Ordaz Coppel, a la sazón diputado federal del PVEM. Quirino comenzó su carrera en el grupo Atlacomulco, con una posición de 1985 al 1988 en la Unidad de Asesores del gobierno estatal de Alfredo del Mazo González, padre del actual gobernador de la entidad mexiquense, Alfredo del Mazo Maza.
Por decisión de Peña Nieto, el magnate hotelero -apoyado electoralmente por el PRI, el Grupo Malova y facciones del PAN-, fue ungido gobernador de Sinaloa. Ahora a Quirino se le recuerda por el «Puro Sinaloa» y por haber vaciado las arcas públicas y dejar en la ruina la entidad y por disponer de los recursos del tesoro público a su antojo, pasando por encima la ley de disciplina financiera y la rendición de cuentas.
La denuncia contra Peña Nieto, por presunto lavado de dinero -una transferencia de 26 millones de pesos y su supuesta participación en una empresa en la que él y su familia dejaron de ser propietarios hace tres décadas-, es una nimiedad, pero le recuerda a Quirino Ordaz su posición de “Caballo de Troya” en el grupo del ex presidente de la República y del actual gobernador del Estado de México a los que la Cuarta Transformación planea cadaverizar políticamente.
Los 26 millones de pesos suenan irrisorios en comparación con la magnitud de los casos de corrupción vinculados con él y documentados por la prensa durante su sexenio, de los que ni la UIF ni la FGR han reportado avances significativos. En la propia UIF se precisa que ese monto no es ni mitad del valor de la Casa Blanca de Las Lomas, de más de 54 millones de pesos, y es apenas el doble de los 500 mil euros que el mandatario gastó en el “local comercial” que compró en el barrio de Chamberí en Madrid en 2020.
“El calambre” presidencial propinado a Peña Nieto le hizo recordar al ex presidente de la República que lo puede meter a la cárcel si se entromete en las elecciones del Estado de México el año próximo o puede seguir gozando de impunidad si se pone flojito y coopera con la 4T. Le hizo memorizar también a Quirino Ordaz que tiene un compromiso con Obrador para ayudar “reventar” al PRI.
En el 2021, después de la derrota del PRI-PAN-PRD en Sinaloa, en una estrategia que sorprendió a los morenistas que querían enjuiciar a Quirino Ordaz por actos de corrupción “a la alta escuela”, el presidente de la República lo protegió y lo propuso como Embajador de México en España a cambio de información confidencial que sirva para aplastar electoralmente al PRI en el 2023 en el Estado de México.
Si alguien sabe cómo opera y quiénes son los “notables” del Grupo Atlacomulco-Peña Nieto es Quirino Ordaz Coppel; el embajador inició su carrera como burócrata, siendo parte de la Unidad de Asesores del gobierno del Estado de México, en la administración de Alfredo del Mazo González. El entramado del poderoso grupo mexiquense es conocido “al dedillo” por Quirino Ordaz.
El Grupo Atlacomulco marcó una ruta de corrupción Estado de México-Sinaloa, la cual fue detectada por la Unidad de Inteligencia Financiera. A partir del 2018 hasta el 2021, luego de la derrota presidencial del PRI, Quirino Ordaz dispuso ilegalmente de más de mil 900 millones de pesos para financiar a algunos medios de comunicación nacionales a los que el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador les canceló el “subsidio” de publicidad.
Durante el sexenio de Quirino Ordaz se registraron múltiples escándalos de corrupción. Solo por mencionar algunos: el desvío de mil 600 millones de aportaciones de trabajadores estatales no entregadas al Instituto de Pensiones; la desaparición de un fondo de ahorro de los trabajadores por mil 060 millones de pesos.
Además, la falta de entrega de 113 millones de aportaciones patronales de vivienda al ISSSTESIN; y el caso “colchongate” en el cual fueron comprados 2 mil colchones podridos para ser entregados a familias afectadas por las inundaciones de la tormenta 19-E, en septiembre de 2018. En este último caso la cifra del desfalco ascendió a 2.9 millones de pesos.
El 22 de julio de 2020 el gobierno de Quirino firmó un contrato con la empresa “Atlético Morelia”, propiedad de Ricardo Salinas Pliego, mediante el cual regaló, para su administración, uso, explotación, comercialización y dar mantenimiento el estadio Kraken de futbol en Mazatlán, construido con más de 700 millones de pesos del erario público.
Las corruptelas, documentadas por la ASF y la UIF y conocidas en Palacio Nacional sirven para “tener en un puño”, bajo dominio total, al ex gobernador de Sinaloa al que Obrador mantiene en España, país en el que vive también Enrique Peña Nieto. Quirino Ordaz está obligado a ayudar al presidente López Obrador a derrotar al PRI en el Estado de México o de lo contrario se irá a la cárcel.
De perder Morena las elecciones, principalmente la gubernatura en el 2023, en la tierra de Peña Nieto, Quirino Ordaz sería quitado inmediatamente de embajador y regresado a Sinaloa para que enfrente varios juicios penales por corrupción antes de que los delitos prescriban. Es obvio, entonces, que “calambre” del presidente Obrador para Peña ingresó también a las oficinas “diplomáticas” de México en España.