Campus: el operador de Adán Augusto 

Jaziel Trasviña Osorio 

César Yáñez es uno de los hombres más cercanos al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador; estuvo con él en los momentos más complicados de su carrera. En agradecimiento a su lealtad vuelve a la vida pública por la puerta grande. 

Colaborador del Presidente por más de 20 años es actualmente subsecretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación. El nombre del puesto es lo de menos. AMLO lo envió a formar parte y operar la campaña por la candidatura presidencial del secretario de gobernación Adán Augusto López. 

César Yáñez conoció a Andrés Manuel López Obrador en 1997 en las filas perredistas. Posteriormente, cuando Andrés Manuel López Obrador ejerció el cargo de jefe de Gobierno del Distrito Federal, César Yáñez fue su director general de Comunicación Social de 2000 a 2005. 

Cuando el tabasqueño se separó del Partido de la Revolución Democrática (PRD) para fundar su propio partido, Yáñez Centeno lo acompañó desde 2015 como secretario de Comunicación, Prensa y Propaganda de Movimiento Regeneración Nacional (Morena). 

LA BODA “FIFI” Y EL DESTIERRO 

Uno de los primeros escándalos de la 4T fue sin duda la ostentosa boda de César Yáñez con Dulce Silva, al puro estilo del corrupto gobierno de Enrique Peña Nieto; los recién nombrados funcionarios echaron la casa por la ventana y evidenciaron que el discurso de austeridad sería solo para sus representados, no para ellos. 

Evidentemente que el “pachangón” fue autorizado por el Presidente, tanto así que él mismo y su esposa asistieron como testigos de honor del matrimonio. 

El escándalo explotó cuando una de las más populares y banales revistas de sociales, publicó en su portada a los tórtolos como la nueva pareja de moda en el país. 

En aquellos días no se conocía aún la verdadera esencia de la 4T, los sobres de billetes recibidos por el hermano del presidente, las millonarias propiedades de Barttlet y la tristemente famosa casa gris del primogénito de AMLO, no habían salido a la luz; hoy la boda “fifí” de César Yáñez parece algo “normal” comparado con lo que nos tienen acostumbrados nuestros “austeros” representantes. 

Como protección más que como castigo, AMLO replegó a su hombre de confianza a un puesto de vital importancia, pero lejos de los reflectores; desde diciembre de 2018 fungió como coordinador general de Política y Gobierno de México de la Presidencia de la República, donde le correspondía atender las relaciones con los sectores públicos, además de procurar la comunicación con dependencias y áreas de la administración pública. 

¿El PRESIDENTE YA DECIDIÓ? 

En plena carrera por la candidatura presidencial, las “corcholatas” se disputan la confianza del primer mandatario; conocedores de que la famosa encuesta para elegir el abanderado de MORENA será mero trámite y el ungido será bajo el viejo método priista: el dedazo. 

Haciendo alusión a las viejas “mañas” del PRI a las que el Presidente se acerca peligrosamente en repetidas ocasiones, era ley no escrita que el sucesor presidencial era siempre el secretario de gobernación, el encargado de la gobernabilidad y la política interior del país. 

Para el grueso de la sociedad y la opinión pública, la preferida de AMLO para sucederlo es la jefa de gobierno de la ciudad de México Claudia Sheinbaum; pero para los más analistas y conocedores de estos menesteres, el presidente ya se decidió por su secretario de Gobernación. 

Su plan “A” no levanta, y su paisano teje fino en una estrategia que suma y construye acuerdos; en tiempos donde el país necesita soluciones, no aduladores. 

Para los que analizan el panorama general de la vida política nacional, la incursión de César Yáñez hombre de mayor confianza del presidente al equipo de Adán Augusto López; es la prueba clara y contundente de que la decisión está tomada y la presidencia de la República quedará en el “grupo Tabasco”, es decir López por López. 

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