Jaziel Trasviña Osorio
Comienza a tomar fuerza en Sinaloa la inconformidad en las tripas de Morena. Va in crescendo la voz de aquellos militantes, fundadores de este partido, que fueron “eliminados” o sacados de la jugada en las elecciones distritales celebradas para sacar a los consejeros de Morena.
Hasta ahora comienza a subir de tono el tema por quienes descaradamente fueron borrados de cualquier aspiración. Los morenistas de a pie, los fundadores, aquellos que estuvieron en los mítines cuando no se juntaban más de 20 gentes fueron relegados por los morenistas por adopción o contrato.
Para acabarla de amolar, la orden del nombramiento de Merary Villegas como presidenta de Morena llegó desde la ciudad de México. No salió de un verdadero consenso de morenistas. Los consejeros votaron por ella por consigna y en el pecado llevarán la penitencia.
Gildardo Leyva, el peor alcalde de Sinaloa.
Las recientes lluvias han descubierto algunas alcantarillas en las diferentes calles de los principales municipios, pero sobre todo destapado verdaderas cloacas de corrupción de las cuales supuran contratos de construcción en zonas de alto riesgo y deficiencias en las obligaciones de los funcionarios encargados en prevenir este tipo de desastres.
Pocos alcaldes se salvan de estas vergonzosas actuaciones, pero en la mayoría de los casos su actuar se ha reducido al tomarse la foto dentro del agua para luego salir presuroso a secarse y abordar la lujosa camioneta que los transporta y volviendo a dejar a sus comunidades en el total abandono.
Como ya es costumbre el alcalde peor evaluado en estos tiempos de crisis es el edil de El Fuerte, Gildardo Leyva, el cual aún no se ha dado por enterado de la gravedad de la amenaza que representan en las comunidades de su municipio las intensas lluvias.
Desde socavones en las carreteras y caminos, inundaciones y drenajes colapsados son la constante en los pueblos a los que el “pachanguero” alcalde no se ha dignado a visitar; comentan los ciudadanos que el funcionario y su gabinete en lugar de velar por la seguridad de la población están dedicados en cuerpo y alma a un pleito encarnizado con el síndico de San Blas Jesús Uriarte.
La trifulca ya alcanzó otro nivel y se habla de todo un plan orquestado desde palacio municipal para detener el crecimiento del síndico y que según algunos sondeos y por la aceptación de la población pudiera ser el próximo candidato a la presidencia municipal del alteño municipio, versión que ha desquiciado al actual alcalde.