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Jaziel Trasviña Osorio.
Con la embestida que se implementó desde el gobierno del estado en contra del partido Sinaloense y su fundador Héctor Melesio Cuén Ojeda y que ha sido orquestada principalmente por el secretario general de gobierno Enrique Inzunza Cázares y el presidente de la JUCOPO del congreso Feliciano Castro, el PAS se fortaleció exponencialmente y ha cerrado sus filas de cara al proceso electoral del 2024.
El objetivo era claro, “alquilar” traidores para intentar debilitar al partido Sinaloense y su líder moral, sin embargo, esta operación libró a este instituto político de pseudo militantes que evidentemente y siguiendo su gen traidor se venderían al mejor postor durante el proceso electoral o posterior a él.
Regidores, alcaldes, diputados y funcionarios del gabinete estatal que provenían del partido morado, fueron desfilando uno a uno por las oficinas del que grita más fuerte en el gobierno estatal y como dijo el general Álvaro Obregón, no aguantaron un cañonazo de 50 mil pesos.
Sin embargo, en los cálculos del gobierno y sus operadores no estaba presupuestado que los traidores se irían solos; la fortaleza del partido Sinaloense más que por sus figuras políticas radica en su estructura, es decir, existen hombres y mujeres capaces dentro del partido, pero ninguno representa un peso específico suficiente para estar por encima de la estructura partidista.
A diferencia de partidos como MORENA en donde la sola presencia de su líder y actual presidente de la república Andrés Manuel López Obrador arrasa independientemente por cuales siglas sea abanderado, en el PAS, el proyecto político esta sustentado en una logística electoral y en una gran estructura territorial conformada por cientos de sub comités y seccionales a lo largo y ancho del estado.
Prueba de ello han sido las manifestaciones de músculo en cada uno de los municipios de Sinaloa, las cuales han demostrado que actualmente el PAS es la segunda fuerza política en la entidad y cuenta con la mejor estructura electoral.
Aunado a eso, los ataques continuos por parte del gobierno estatal han despertado entre los militantes un sentimiento de pertenencia, con un “enemigo” tan poderoso en frente, las pasistas se han acuerpado y han cerrado filas en torno a su líder.
Difícilmente los órganos internos de selección de candidatos en el partido, hubieran identificado a los traidores de cara al próximo proceso electoral y seguramente más de uno se hubieran colado a posiciones claves en el gobierno desde donde operarían sus jugadas en contra; hoy ese riesgo ya no existe, el gobierno estatal se encargó de depurar las filas del PAS y facilitó la tarea al momento de selección de próximos candidatos, con una militancia real, fiel y con sentido de pertenencia, el PAS se prepara para dejar de manifiesto por que es la segunda fuerza electoral en el estado.
