Campus: una oposición sometida

Jaziel Trasviña Osorio 

Con el arribo de un convoy de más de 5 unidades de la Fiscalía General de Justicia de Campeche que ingresó al fraccionamiento Lomas del Castillo donde se encuentra la casa del dirigente nacional del PRI, Alejando – “Alito”- Moreno, se concretó la “guerra” entre el gobierno federal y el llamado bloque opositor integrado por el PRI, PAN y PRD. 

El primero en la mira fue Ricardo Anaya, ex candidato presidencial del PAN y ahora, es sin duda, van por la cabeza del presidente nacional del PRI por participación activa en contra del régimen lopezobradorista. Es muy claro. Por los evidentes actos de corrupción y de enriquecimiento inexplicable, y por la narrativa dictada desde Palacio Nacional, el ex gobernador de campeche el prototipo del político corrupto de antaño, al cual hay que perseguir y que no tiene cabida en la “sacrosanta” 4T. 

Recordando las viejas prácticas de lo que dicen combatir, y al puro estilo salinista, con la “redada” en la mansión de Moreno Cárdenas, inmediatamente vino a la memoria “El Quinazo”, aquel el 10 de enero de 1989 se llevó a cabo la detención del entonces líder sindical petrolero Joaquín Hernández Galicia “La Quina”, a quien inexplicablemente no se le dictó formal prisión por enriquecimiento ilícito ni corrupción, sino por posesión de armas de uso exclusivo del Ejército. Las malas lenguas señalan que durante el operativo de su aprehensión los mismos militares que habían acordonado la zona, desmontaron y bajaron varios camiones, armas y pertrechos que pusieron en la casa del petrolero, y que ello sirvió como prueba para su detención.  

El “cerco” a la casa de “Alito”, sucedió exacta y casualmente a la par de la reunión en las instalaciones del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, en donde la vieja guardia del partido o mejor dicho los llamados dinosaurios exigían la renuncia del aún presidente nacional por estos escándalos y la derrota electoral del pasado 5 de junio. 

LOS PERROS DE CAZA DEL PRESIDENTE 

Sin duda alguna que la Fiscalía General de la República y la Unidad de Inteligencia Financiera se han convertido en los perros de caza del presidente, a los cuales da la orden de ataque en contra de cualquier indicio de corrupción de cualquier oponente. Las dos instituciones tienen “apanicados” a la mayoría de los miembros de la oposición de la cual son contados los que pueden presumir de inocencia ante una posible carpeta de investigación. 

En Sinaloa el escenario es el mismo que el nacional. Se ve una oposición dispersa o entregada al poder, más preocupada por recoger las migajas que se caen de la mesa del Tercer Piso que parece conformarse con quedarse con los vestigios de lo que algún día fueron sus partidos, cuyos “dirigentes” no se atreven a armar un real bloque opositor que sirva de contrapeso al poder y se convierta en una real alternativa electoral. 

Aparte de que el priismo va a la baja: Quien era su figura más “emblemática”, el ex gobernador Quirino Ordaz, se fue con Morena de embajador a abrazar gachupines. Y ex candidatos tricolores ya entraron a la nómina del gabinete estatal, mientras que figuras como Mario Zamora, Álvaro Ruelas o Marcos Osuna se pelean por manejar lo que queda del partido. 

Todos quieren ir a la cargada, pues a pesar de los pésimos resultados de gobierno, los miles de ejecutados por todo el país, inflación, desempleo, pobreza extrema, sistema de salud deficiente, el presidente de la República goza de índices de popularidad que rebasan el 60 por ciento. Morena gobierna tres cuartas partes de los estados y tiene mayoría en ambas cámaras, y la oposición debatiéndose entre la disyuntiva de ser comparsa del poder o arriesgarse a una investigación judicial con toda la ira y los recursos del inquilino de Palacio Nacional. 

You may also like...