José Luis López Duarte.
De la forma más burda y miserable se ejecutó el lunes que pasó, la consigna que dictó el gobernador Rubén Rocha para vincular a proceso al rector Jesús Madueña Molina, en una escalada por apoderarse de la UAS bajo la receta política de “sea como sea”, sin importar el debido proceso que tendría que imperar en un juicio imparcial de un estado de derecho y un sistema judicial garante de las leyes.
No, no les importó nada, no hubo ni las normas, ni los procedimientos, ni las conductas institucionales y como decía mi tío Gilberto “les valió un pito”, el estado de derecho, las leyes y la imparcialidad que debe imperar en cualquier juicio de nuestro sistema judicial.
Lo que se vivió y resultó de esta fase del juicio en contra del rector de la UAS, fue un símil de aquellas peleas de box que arreglaba la mafia que, aunque ganara la víctima, considerada a la derrota, los diez o quince rounds, según fuera la distancia del combate, los jueces y el réferi al final debían de fallar a favor del protegido de la mafia.
Es obvio, siguiendo este símil, que la mafia del poder que gobierna Sinaloa y encabeza Rubén Rocha, desde marzo y más todavía, después de abril (como recordaba Joaquín Sabina en su poema – canción “quien me ha robado el mes de abril”, cuando los juzgados federales empezaron a dictar amparos al rector Madueña, a la UAS y a todos los consejeros universitarios que reclamaron la inconstitucionalidad de la ley de educación superior del estado de Sinaloa, decreto que aprobó la mayoría de MORENA y el PRI y firmo el gobernador Rubén Rocha Moya cuando la publico para armonizar supuestamente la nueva ley general de educación que había decretado el congreso de la unión el 2021.
Todos estos fallos a favor de la UAS que confirmaban la violación constitucional a la autonomía universitaria, provocaron esta violencia judicial en contra de las autoridades de la UAS para producir una fama pública de corrupción, ausencia de transparencia e ilegalidad en la rendición de cuentas, que le permitirán justificar la actuación del gobierno de Sinaloa, actuación ilegal, arbitraria, abusiva y de terrible perversidad, que ha socavado la integridad de las instituciones del gobierno, de rendición de cuentas, de transparencia, de justicia y de garantías de un estado de derecho, que abona peligrosamente hacia la ingobernabilidad, lamentablemente.
Mas juicios contra los funcionarios de la UAS vendrán en las próximas semanas, como también se iniciarán procesos ante la justicia federal en contra de funcionarios de gobierno, tanto del poder legislativo como del poder judicial y el propio ejecutivo.
Controversias judiciales que elevaran la disputa por restablecer el estado de derecho o por la ingobernabilidad que empuja el gobernador y su grupo en el poder.
Ojalá y la justicia federal ponga las cosas en su lugar, garantizándole en definitiva la autonomía a la Universidad Autónoma de Sinaloa, y que terminen con los apetitos insaciables de poder del gobernador Rubén Rocha y que se alcance la justicia y el buen gobierno que anhela la sociedad sinaloense. Ojalá, de verdad.