Jaziel Trasviña Osorio
El presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió en palacio nacional con un grupo de empresarios. El objetivo fue “pasar la charola” y que le entraran al financiamiento de obras en su gobierno.
Cuando menos 30 empresarios presentes fueron de Sinaloa de los sectores turístico, agrícola, acuícola, de la construcción, de servicios y de alimentos; los llevó el gobernador Rubén Rocha, acompañado de Enrique Díaz Vega, secretario de Finanzas y Javier Gaxiola Coppel, secretario de Economía del estado.
Más allá del discurso de cooperación bilateral en aras de una mayor inversión en el país y de la simulación de austeridad y baño de pueblo con una cena de tamales en la cual el plato más barato costó 20 millones de pesos. La “jugada” fue muy clara: éntrenle a la coperacha y les vamos a redituar varis veces su inversión en obras y proyectos para sus empresas.
El “pase de charola” no es algo nuevo en el país, en los regímenes del priismo y el panismo era una ley no escrita: ¿quieres ser consentido el gobierno?, “mochate” con alguna aportación ya sea para campañas políticas o para algún proyecto gubernamental.
Sin embargo, este tipo de acciones se realizaban de manera clandestina, en reuniones privadas, con intermediarios del poder y nunca con la prensa de por medio; actualmente y bajo el régimen de la 4T estas prácticas son algo normal, y lo más delicado son celebradas por seguidores del régimen los cuales parecieran ignorar que nada es gratis y mucho menos para los señores del dinero que anoche compartieron el pan y la sal con el presidente de la república.
NO FUNCIONA COMPRANET
COMPRANET es la plataforma dependiente de la secretaría de hacienda, que regula según cálculos de transparencia un promedio de 430 contratos diarios con un gasto de 2.7 millones de pesos por minuto, es decir 3 de cada 10 pesos que gasta el gobierno se canalizan a través de este programa.
Actualmente el sitio oficial de compras del gobierno se encuentra temporalmente suspendido y la información de cuándo será reinstalado surge a cuenta gotas.
Organismos no gubernamentales y de lucha contra la corrupción han denunciado que en 26 años de funcionamiento de este programa nunca había sufrido una falla de esta magnitud, sumado a la falta de interés y opacidad gubernamental para resolver el problema pareciera algo concertado.
Los grandes escándalos de esta administración federal han surgido mediante información vertida previa solicitud de acceso a la información, además que el 90 por ciento de las obras del sexenio se han adjudicado de manera directa y sin licitación; pareciera que este lapso de tiempo en donde la plataforma no funciona y los contratos deberán de ser de forma presencial, es una carta abierta para “cuajar” negocios millonarios sin dejar rastro alguno.
¿Será acaso que el gobierno “recompensará” a este grupo de empresarios sus “aportaciones voluntarias” con obras de asignación directa y sin licitación que les reditúe muchas veces más su inversión?
¿Quién o quienes impedirán que estas prácticas a la luz del día del “pase de charola” por parte del gobierno, se sigan suscitando en tiempos electorales a favor de algún determinado candidato?