Alvaro Aragón Ayala
¿Qué clase o tipo de diputados elaboran las nuevas Leyes en Sinaloa? ¿Poseen la suficiente ética o calidad moral como para precisar que las leyes que construyen no llevan una doble intención? Más aún: ¿Para qué se reforman o elaboran nuevas leyes: para generar problemas o para solucionarlos? Es importante que La Ley Estatal de Educación Superior sirva para impulsar el desarrollo de las Universidades del Conocimiento y regular las Universidades Privadas para que no se extralimiten en la mercantilización de la educación.
Efectivamente, es tema la elaboración de la Ley Estatal de Educación Superior. Lo es porque el presidente de la Comisión de Educación Pública y Cultura del Congreso Local, el morenista e izquierdista trasnochado, José Manuel Luque Rojas, “ordeña” con una “jubilación dinámica” de 55 mil 637 pesos mensuales a la Universidad Autónoma de Sinaloa y mantiene una predisposición antiUAS que coloca en entredicho su trabajo legislativo. Luque suma a sus ingresos su pensión del IMSS, el sueldo de diputado de 105 mil 889 pesos mensuales, 20 mil más del Fondo de Gestión Social y 16 mil más de gastos de alimentación y hospedaje. Gana más que el presidente López Obrador.
A su vez, el presidente de la JuCoPO, el morenista Feliciano Castro Meléndrez, alimenta una actitud hostil contra la UAS y sus autoridades. El legislador estalló en cólera cuando salió a la luz pública que percibe una jubilación universitaria de 34 mil 689 mil pesos mensuales que, al ser sumada a su pensión del IMSS, la “dieta” mensual de diputado 105 mil 899 pesos, el apoyo de 10 mil pesos cada 30 días por ser integrante de la JuCoPo y 20 mil más por ser coordinador parlamentario de Morena, da como resultado que gana más que el presidente de la República.
La UAS, en la que José Manuel Luque Rojas y Feliciano Castro Meléndrez siguen cobrando como si fueran trabajadores en activo, enfrenta un problema gravísimo, de nivel estructural. Ellos lo saben y lo ocultan: la jubilación dinámica. La Universidad paga anualmente a más de 6 mil 500 trabajadores en retiro 2 mil 57 millones 261 mil 34 pesos, cantidad que “devora” el presupuesto de la Casa Rosalina. Esos jubilados también gozan de la pensión-jubilación del IMSS.
Un problema estructural universitario es aquel que tuvo su origen hace muchos años y que ha ido in crescendo provocando desajustes graves en el funcionamiento de la institución. La jubilación dinámica, el pago integro del salario a los trabajadores en retiro, fue una figura creada en la época en la que la izquierda radical, el Partido Comunista, controlaba rectoría, las direcciones y el sindicato de la UAS.
LOS DIPUTADOS GANONES DESVÍAN LA ATENCIÓN
Cómodos por el ingreso que les genera, sin aportar ni un centavo, la jubilación dinámica, una franja de universitarios en retiro, acuerpados en el “cartel de jubilados”, genera “cortinas de humo”, demoniza a la UAS, sataniza la participación política extramuros de los universitarios y rechaza la creación de Fondos o Fideicomisos, en los que ellos aporten cuotas mensuales que permitan garantizar el pago de la jubilación sin causar daños económicos a la Casa Rosalina.
El gobierno de Morena, el federal, no reconoce la jubilación dinámica y no incluye en el presupuesto de la UAS recursos para el pago de este beneficio, no lo reconoce porque argumenta que los universitarios están afiliados al IMSS y ahí cotizan para su retiro, sin embargo, existe un Contrato Colectivo de Trabajo legitimado por la Junta de Conciliación y Arbitraje que valida la jubilación. La SHyCP y la SEP dicen no al pago de la prestación de retiro y el Contrato Colectivo dice sí.
2 mil 57 millones 261 mil 34 pesos netos que se pagan anualmente a más de 6 mil 500 jubilados tarde que temprano terminarán por colapsar a la Universidad Autónoma de Sinaloa. En los “trabajos” de elaboración de la Ley Estatal de Educación Superior la jubilación dinámica no aparece en agenda de los apartados a legislar. No les interesa a quienes dicen querer “rescatar” a la UAS, pero que en realidad lo único que les importa es seguir “ordeñando” a la Casa Rosalina.
Quienes elaboran la ley, salidos de las catacumbas más perversas del PRD, pero que actúan con un disfraz de morenistas que no logra sacudirles el perfil de “porros legislativos”, no están centrados en plantear una solución al problema de la jubilación dinámica ya que el interés de ellos radica nada más en buscar el control o dominio político de la Universidad para seguirla sangrando económicamente. Aparte, no les gusta aportar nada, solo exigir el pago de su jubilación.
REMEMBER: LA IZQUIERDA Y EL INVENTO
Antes del rectorado de Héctor Melesio Cuén Ojeda (2005-2009), antes de la gestión universitaria de Rubén Rocha Moya (1993-1997) antes de la administración de Audómar Ahumada Quintero (1985- 1989), en fin, mucho antes, bajo la férula de la izquierda radical el sindicato de la UAS y un rector, cuya imagen se desvanece, acordaron crear la figura de la jubilación dinámica para garantizar -se argumentó- un retiro digno de los trabajadores.
Los universitarios de aquella época, afines al Partido Comunista, centraban la exigencia de una pensión decorosa sostenida con recursos propios, de la UAS, ante los vaivenes en los esquemas de seguridad social y laboral que apenas asomaban el rostro en México y que no incluían a las universidades públicas, estatales y federales. Con punto de referencia: El IMSS se creó en el año de 1943 y el ISSSTE en 1959.
En aquella etapa en que dominaba el alegato sobre “la enfermedad infantil del ‘izquierdismo’ en el comunismo”, se incluyó en el Contrato Colectivo de Trabajo de la UAS la figura de la jubilación dinámica: el pago íntegro, completo, para los trabajadores académicos, administrativos y de intendencia en retiro. Las autoridades de la Secretaría de Educación Pública y las de la Secretaría de Hacienda no fueron enterados de la “negociación” sindicato-patrón que le dio forma a ese modelo de jubilaciones.
Incorporados los trabajadores de la UAS al régimen de pensiones y jubilaciones del IMSS, el pago de las jubilaciones dinámicas no fue cancelado, sino que fue tomado como una “pensión adicional” o una “doble pensión”, sin contar con la autorización de las autoridades de SEP y de la SHyCP que planteaban que para gozar de la pensión-jubilación del IMSS los universitarios pagan cuotas, cotizan, mientras que para recibir las jubilaciones dinámicas no aportan ni un centavo.
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LA CLOCA QUE PARIÓ A FELICIANO
De la cloaca que sumió a la UAS en la anarquía, de esa turba que perpetró atracos a bancos, secuestró a altos funcionarios de la UAS, participó en invasiones de tierras dedicadas a la agricultura industrial y a predios urbanos, surgió Feliciano Castro Meléndrez, uno de los presos detenidos en las redadas de las autoridades estatales y federales.
El desmadre universitario parió y le dio cuerpo a Feliciano Castro Meléndrez, quien ya en libertad y empotrado como maestro de la Facultad de Filosofía y Letras siguió participando en la “grilla” uaseña, en la izquierda radical, luego en el Partido de la Revolución Democrática. Fue en el PRD donde adquirió forma de “porro” discursivo o “porro” parlamentario.
Castro Meléndrez comenzó a abrevar del “sistema” con Juan S. Millán Lizárraga, quien desde la CTM Nacional y luego como gobernador del estado mantuvo bajo su control al PRD-Sinaloa el cual hipotéticamente dirigió Feliciano Castro. Millán dominó el perredismo sinaloense por más de 12 años.
Bajo un “arreglo político” con Millán, Feliciano Castro llegó por primera vez al Congreso Local como diputado local pluri, convertido en un “porro legislativo” y de aliado del entonces gobernador Jesús Aguilar Padilla para mantener a raya al Partido Acción Nacional.
Después en calidad de “porro”, en el 2010, mandó al demonio a Aguilar Padilla y se fue con el candidato al gobierno de Sinaloa de su padrino Juan Millán: Mario López Valdez. Fue uno de los principales detractores de la imagen pública y personal de Jesús Vizcarra Calderón en aquella campaña por la gubernatura.
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REMEMBER: AGITANDO EN LA UNIVERSIDAD
A finales del 2007, las autoridades de la UAS crearon el Fideicomiso ProJubilación Dinámica, con aportaciones económicas de la Casa Rosalina y de los trabajadores en activo y en retiro. El fondo nunca recibió recursos del gobierno estatal y la federación, y “tronó” por la presión que ejerció un grupo llamado el “cartel de jubilados” en el que se movían, como cabezas, la perredista -hoy morenista- María Teresa Guerra Ochoa y Marco Antonio Medrano Palazuelos, y en las sombras el ex dirigente del PRD estatal -hoy morenista- Feliciano Castro Meléndrez.
El “cartel de jubilados” llamó a la agitación, a la no aportación de cuotas de los trabajadores, y tocó las puertas de los tribunales por considerar “ilegal” el descuento de las aportaciones pro-Fideicomiso de los empleados en activo y jubilados. Los “levantados” creyeron ver la coyuntura para desestabilizar a la UAS y buscar el control político de la Casa Rosalina. Lo único que lograron fue “reventar” el Fideicomiso ProJubilación y dañar económicamente a la institución.