Alvaro Aragón Ayala
El escenario político en Ahome hasta ahora no es muy complicado dado que territorialmente sólo existen tres fuerzas políticas importantes, con estructura viva: la de Domingo -Mingo- Vázquez, ciudadano independiente afín a la Cuarta Transformación; la de Gerardo Vargas Landeros, alcalde en funciones, y la del Partido Sinaloense que capitanea Héctor Melesio Cuén Ojeda.
Mingo Vázquez estuvo a punto de ganar en el 2021 la elección de la presidencia municipal y él y su grupo político con presencia en la zona urbana y en todas las sindicaturas fijaron el año 2024 para disputar de nuevo esa posición. La estructura humana-territorial del ex-líder sindical de los trabajadores de la CFE, empresario y promotor deportivo, no se disolvió; sigue in crescendo.
El aspirante a la alcaldía de Ahome funge actualmente como director de Turismo en la zona norte, actividad que no descuida; en su bregar abraza a los equipos deportivos de distintas disciplinas a los que desde años atrás viene apoyando. Petistas y morenistas y decenas de líderes y activistas sociales y buena parte de la estructura de la Federación de Trabajadores del Norte de Sinaloa (CTM), le apuestan aún al proyecto de Mingo Vázquez .
Rumbo al 2024, Gerardo Vargas Landeros echó la carne al asador con el desafío del rescate de la infraestructura urbana de Los Mochis y de los poblados y las cabeceras de sindicaturas para presentarlas como cartas credenciales de un gobierno eficaz con capacidad de ofrecer, además, rendimientos electorales importantes.
La tarea de rehabilitar calles y carreteras, los drenajes, los sistemas de agua potable, el alumbrado público, los parques y jardines, y todo, todo el equipamiento urbano, no es tarea fácil, máxime si la población exige resultados en una gestión a la que le hacen falta recursos económicos.
Gerardo Vargas opera y se lleva a sus filas a una fracción de la CNC: comisariados ejidales y dirigentes de módulos de riego se han “afiliado” al “Proyecto Trébol”. Ha agregado a actores políticos de Morena, del PRI y militantes del PAN y del PRD a su radio de acción política. Gerardo busca la candifatura al Senado de la República y conservar la plaza Ahome.
El Partido Sinaloense que fue factor importante y decisivo para el triunfo de Gerardo Vargas Landeros, sobre Mingo Vázquez quien fue abanderado por el PT, y Marcos Osuna de la alianza PRI-PAN-PRD, mantiene una fuerte presencia en la zona urbana de Los Mochis y en las sindicaturas y opera como avanzada política del secretario de Gobernación Adán Augusto López.
El plan de Héctor Melesio Cuén Ojeda es ir por la alcaldía de Ahome con un trabajo territorial perenne, ya sea con un candidato propio o en una nueva alianza con Morena y si el escenario se complica con un líder social que represente los anhelos de la población ahomense. El PAS lanzó al ruedo posibles prospectos pasistas a la presidencia y dejó abierta la puerta a los ciudadanos interesados en participar en la contienda.
Para Morena la ruta sí es complicada. No se ha consolidado como partido político real. Carece aún de Comité Municipal y los grupos o tribus son refractarios a la unidad. Se mueven como si fueran entes independientes, como pequeños grupos de 5 o 10 integrantes, no más, que blasonan que tienen el control de tal o cual zona. Los más osados dicen mantener el dominio político-territorial total del municipio, alimentando el imaginario con elucubraciones.
Sin valorar que en la designación del candidato a la alcaldía de Ahome y a las diputaciones locales llevará mano o decidirá el gobernador Rubén Rocha Moya ya hay quienes se brincan las trancas y rechazan el llamado a la unidad de Morena. A Merary Villegas, presidenta del partido Lópezobradorista, le están creciendo los enanos que le quieren comer el mandado.
El PRI vive tiempos de desarticulación y domesticación política. Los desgastados y viejos liderazgos sueñan con ser “purificados” por Morena o la Cuarta Transformación. No hay trabajo político-territorial. Los dirigentes de los sectores, CNOP, CTM y CNC, sobreviven soñando, pensando que en el pasado se vivieron tiempos mejores.
En el PAN-Ahome se trabaja “tímidamente” en la recuperación de su activismo y sus liderazgos y en la restructuración de su comité municipal, con un nuevo dirigente que está por emerger de una elección interna incierta. Y el PRD sólo existe en sus propias siglas que “promueven” dos o tres seudodirigentes quienes, en la mesa un conocido restaurante, futurean sorbiendo café y más café, esperando a ver quién entra y les invita el desayuno o la comida.