Jaziel Trasviña Osorio.
Con el atentado del gobierno estatal hacia la Universidad Autónoma de Sinaloa diversos han sido los personajes que se han quitado la careta de funcionarios o servidores públicos y se han embarcado a una lucha vulgar y burda contra la Casa Rosalina en donde evidencian que su función no es la de servir a los sinaloenses sino acatar sin raciocinio las órdenes de su “patrón” y operar como “porros” al servicio del gobernador Rubén Rocha Moya.
Uno de estos pseudo servidores públicos es Denisse Azucena Díaz Quiñonez, actual titular de la Junta Especial de Conciliación y Arbitraje número uno del estado, en la cual fue ubicada estratégicamente para intentar desestabilizar a la universidad y desde esa trinchera orquestar jugadas legaloides que trastoquen la vida interna de los universitarios, veamos:
Denisse Quiñonez es ahijada del diputado de la voz “delicada” Feliciano Castro Meléndrez e hijastra de Marco Antonio Medrano Palazuelos, miembro de la vieja “clase” perredista, que mutó después al priismo y hoy morenismo.
Medrano es un lumpen rico enquistado en Morena, acostumbrado a sacar provecho económico de todo bajo la aparente fachada de defensor de los intereses colectivos, fachada que oculta en realidad una negra historia personal en la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Hipotético “universitario” con casi 40 años de antigüedad en la UAS, sin laborar en su plaza base más de 10, ha brincado de puesto en puesto haciendo del sindicato de la universidad su modus vivendi; desde los años noventa, en el rectorado de David Moreno Lizárraga, ya ofrecían lecturas, él y su grupo, sobre la forma perversa de conducirse; ya que siendo secretario de trabajo del sindicato de la UAS y su pareja sentimental secretaria general, pretendieron imponerse, reelegirse, por un periodo más en el poder sin consultar a las bases.
En tiempos más recientes Denisse Quiñonez siguió los pasos de su padrastro e intento participar en la elección interna del sindicato de la UAS; la encomienda era clara: “desestabilizar” a la universidad lidereando al grupo que desde años ha estado enquistado en los rincones universitarios y que se niega a trabajar y a realizar sus funciones para los que fueron contratados.
Este grupo integrado por el cártel de los jubilados y el llamado clan Medrano es producto del fraude laboral más grande de la historia de la institución, con el cual más de 400 amigos, compadres y familiares, de él, ingresaron a laborar a la universidad sin tener ningún derecho, todo gracias a los nombramientos firmados por Medrano. Curiosamente esos empleados de la universidad resultaron los mismos que fraguaban y fraguaban demandas laborales contra la UAS para sangrarla económicamente, asesorados por los despachos jurídicos de este personaje y de otros de su corriente perredista.
Obviamente que las demandas eran canalizadas por los despachos propiedad del grupo y en los que figuraba Denisse Quiñonez, en los cuales se les descontaba a los trabajadores desde el 20 hasta el 40 por ciento del monto final; haciendo de esto un negocio millonario; el resultado: Medrano y su hijastra terminaron la jubilación dinámica para los de nuevo ingreso en la UAS al tronar el Fideicomiso que podía mantener esta prestación.
Cuando ya no hubo más dinero que “ganar” Denisse Quiñonez abandonó el movimiento y dejó a sus seguidores a su suerte y se desterró para realizar estudios de posgrado, en tiempos recientes y ya con la Cuarta Transformación instalada en Sinaloa y apoyado por su padrino de pila el diputado Feliciano Castro volvió. El premio por sus corruptelas fue el nombramiento que el gobernador Rubén Rocha Moya le otorgó y hoy desde la Junta de Conciliación ha instaurado un cuarto de guerra que solo se dedica a difamar a la universidad autónoma de Sinaloa y a su comunidad.
La puesta en escena es tan burda que Denisse Quiñonez maneja una página de Facebook que desde hace meses solo cuenta con publicaciones supuestamente anónimas y que utiliza lenguaje vulgar y soez para caricaturizar al líder político del Partido Sinaloense, Héctor Melesio Cuén, pero sin tal desvergüenza hoy esa misma página se utiliza para dar entrevistas y asesorías jurídicas a los trabajadores de su mismo clan, que fingen acudir a la Junta de Conciliación a realizar preguntas previamente estructuradas por la misma Denisse, lo dicho son unos cínicos.
¿Acaso el pueblo de Sinaloa se merece que los funcionarios que deberían de procurar la justicia y la imparcialidad desde las dependencias estatales se hayan convertidos en perros de caza a la orden de Feliciano Castro y el gobernador Rubén Rocha? ¿Hasta cuándo Denisse Quiñonez operará este golpeteo político desde la junta de conciliación sin que ningún órgano jurídico o gubernamental ponga un alto a esta evidente falta de probidad?