Álvaro Aragón Ayala.
Locura criminal: desesperado ante el inminente decreto judicial que declarará inconstitucional la Ley de Educación Superior del Estado o “Ley Rocha”, cuya abrogación o derogación acabará con el plan de tomar por asalto la Universidad Autónoma de Sinaloa, el gobernador Rubén Rocha Moya arreció la persecución y el acoso político contra funcionarios uaseños y el dirigente del Partido Sinaloense, Héctor Melesio Cuén Ojeda.
Así es: a mes y medio de que los tribunales federales estipulen inconstitucional la “Ley Rocha” la esquizofrenia homicida galopa sobre el cerebro de los funcionarios del “círculo rojo” del gobernador. La histeria se apoderó de los diputados de Morena del Congreso Local y en la Fiscalía General de Justicia enloquecieron al no poder imputar delitos al Rector, Jesús Madueña Molina, ni a Cuén Ojeda.
El gobierno de Rocha Moya ha recurrido a todo en su persecución: espionaje, cateos, penalización y criminalización pública. Los teléfonos de los funcionarios de la UAS están “colgados” al software o “laboratorio digital”, considerado el centro espionaje del gobierno estatal. Los automóviles de los universitarios y del dirigente del PAS son “rastreados” vía satelital. La vigilancia del gobierno del estado raya en lo demencial.
Fueron fichados y son monitoreados también los columnistas, analistas y opinólogos del programa Punto Universitario, transmitido por Radio UAS bajo la tesis del derecho a réplica contra la embestida periodística desatada por algunos medios de comunicación en perjuicio de la honra de funcionarios de la máxima casa de estudios. El personal radiofónico se queja de que sus teléfonos hacen los clásicos “ruidos” de la intervención ilegal.
El espionaje, las amenazas de cateo, la vigilancia terrestre-satelital, la persecución día y noche despiden el tufo del preludio de atentados criminales contra algún funcionario de la UAS o contra el propio Rector Jesús Madueña Molina o Héctor Melesio Cuén Ojeda. El acoso es delirante. Una hipótesis policial indica que Rocha Moya pudiera estar preparando el terreno para ordenar asesinatos.
La razón de la locura criminal radica en el inminente decreto que declarará inconstitucional la Ley de Educación Superior del Estado, la cual viola la autonomía universitaria. La ley de marras es el único instrumento jurídico con el que Rocha y su pandilla morenista podría irrumpir y tomar por asalto a la UAS.
Sin embargo, la Universidad Autónoma de Sinaloa “atoró” dicha ley con más de 150 suspensiones definitivas de igual número de amparos indirectos. El gobernador Rubén Rocha y los diputados del Congreso Local, fueron inhabilitados por los jueces federales para aplicarla, mellando la herramienta con la que pretenden crear una Ley Orgánica Externa a la UAS.
El plan de dominar a la UAS de Rocha Moya está sufriendo entonces descalabros tras descalabros. El tiempo se le agota. Los tribunales federales consideran que en un plazo de mes y medio tendrán la resolución para declarar inconstitucional la Ley de Educación Superior, lo cual sume en la locura al gobernador, quien la exige a la Fiscalía más celeridad en la fabricación de denuncias penales contra los funcionarios universitarios y Cuén Ojeda.
La “Ley Rocha” está, pues, a punto de caer porque viola la LGES que precisa: “cualquier iniciativa o reforma a las leyes orgánicas (de las Universidades Autónomas) deberá contar con el resultado de una consulta previa, libre e informada a su comunidad universitaria, a los órganos de gobierno competentes de la universidad o institución de educación superior a la que la ley otorga autonomía, y deberá contar con una respuesta explícita de su máximo órgano de gobierno colegiado”.
La Ley de Educación del Estado de Sinaloa contraviene este precepto legal pues coloca al Congreso del Estado como el ente encargado de regular, desde el exterior, las consultas para elaborar nuevas leyes universitarias o reformar las Leyes Orgánicas vigentes de las tres Universidades autónomas de Sinaloa (UAS, UAdeO y UAIM). El circo armado por Rocha está a punto de caerle encima. El gobernador raya en la locura.