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Jaziel Trasviña Osorio.
Como ya se está haciendo costumbre, las sandeces del Gobernador Rubén Rocha rebasan los límites de Sinaloa y son la risión y asombro a nivel nacional.
El senil mandatario se ha aventado sendas declaraciones que han puesto en duda su salud mental, como la de que estaba enterado que en su gobierno trabajaba un acosador sexual, pero que el lo protegería y lo enviaría a donde hubiera puros “machos” para que no siguiera acosando, también posterior al secuestro de 66 personas en la entidad se aventó la mítica frase de que “simplemente son cosas que pasan”.
Pero la última barrabasada que lo tiene en boca de todo el país, fue la que pronunció en la visita del Presidente de la República a Mazatlán en donde dijo que las obras del Gobierno Federal son comparables con las de los Griegos y Romanos.
La lambisconería del aspirante a dictador fue tal que hasta propios y extraños murmuraron lo mal que se veía con estas declaraciones, el político servil y arrastrado no cabe en ningún frente y los propios compañeros le desconfían al mostrarse carente de escrúpulos y lealtad.
Algunos analistas creen que este ridículo intento por quedar bien con el Presidente se debe a los pésimos resultados del Gobierno Estatal y al temor de que AMLO le retire la bendición y lo abandone a su suerte.
Los focos rojos en el tercer piso se encendieron cuando se ventilaron los presuntos negocios ilícitos del hijo del Gobernador, los cuales según información que circula en las redes encabezan una red de complicidades y tráfico de influencias en la asignación de obras públicas.
Pero la situación escaló a la categoría de crisis cuando se difundió que el mandatario y sus hijos son investigados por agencias norteamericanas como la DEA y el FBI, por presunto enriquecimiento ilícito y nexos con el Narcotráfico.
El pánico de Rubén Rocha es que al verse presionado y evidenciado por sus evidentes “acuerdos” con criminales, el Presidente lo “entregue” a los gringos para calmar las aguas.
Mientras esto sucede, Rocha Moya hará todo lo posible, legal o ilegalmente para congraciarse con el mandatario federal y salvar ya no su mandato, si no su libertad, mientras tanto en Sinaloa y en México ya lo conocen como Rocha, El Arrastrado.
