En el conversatorio “Mirada latinoamericana y caribeña: la hoja de ruta UNESCO de la Educación Superior”, organizado por la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL) y el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la Universidad Nacional Autónoma de México (IISUE-UNAM), expertos coincidieron en que la hoja de ruta propuesta para la 3ª Conferencia Mundial de Educación Superior de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) no profundiza en la problemática educativa de América Latina y el Caribe (ALC).
En el conversatorio, moderado por Roberto Escalante, secretario general de la UDUAL, participaron Leonardo Lomelí, secretario general de la UNAM; Humberto Muñoz, investigador emérito del Programa Universitario de Estudios sobre Educación Superior (PUEES-UNAM); Hugo Casanova, director del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE-UNAM); y Alejandro González Ledesma, investigador del IISUE-UNAM.
En su intervención, Leonardo Lomelí afirmó que el documento es un buen marco general para la reflexión, que manifiesta la preocupación por el financiamiento de la educación ya que este factor ha sido determinante para el acceso a la educación, reconoce, además, que en los últimos años se les ha pedido a los sistemas de educación superior una serie de cambios sociales pero también económicos y tecnológicos, y no ha habido un acompañamiento por parte de los gobiernos ni políticas que permitan que los sistemas de educación en el mundo estén en posibilidades de reacción tan aceleradamente.
Indicó que debería haber un esfuerzo de adaptación a las necesidades de la región latinoamericana y caribeña. “Es difícil que un documento que le habla a todos llegue a la especificidad, la cooperación es deseable, pero al día de hoy las instituciones superiores están más inmersos en la competencia en ALC”, lamentó Lomelí.
Por su parte, Hugo Casanova afirmó que el riesgo de los documentos internacionales es que buscan satisfacer variados puntos de vista y corre el riesgo de no profundizar, ya que, aunque los seis principios que se plantean son fundamentales, “son rubros que tienen un carácter sugerente pero poco hacen por profundizar en la problemática real, el documento hace un esfuerzo interesante por abordar el contexto y acercarse a los problemas de la educación superior, sin embargo, (…) no cuenta con un diagnóstico claro de los problemas que hoy enfrenta el sistema educativo superior y las dificultades de la pandemia, parece un documento de un mundo feliz, la educación superior arrastra problemas de orden estructural que no han sido resueltos por muchos años y a veces parece que le hablamos a otro público en lugar de a naciones que enfrentan problemas reales”.
Indicó que las asimetrías sociales y regionales hoy están muy presentes en ALC, apuntó que, en el caso de México existe una relación muy compleja ya que es un país lleno de heterogeneidades, por lo que la hoja de ruta podría brindar una pauta para comenzar a pensar, pero no constituye un instrumento detallado.
Casanova enumeró problemas como cobertura insuficiente en México, que seis de cada diez jóvenes están fuera de la universidad, una calidad asimétrica, un sistema de educación superior privado que es una simulación, “y lo que encuentro son miradas superficiales que no profundizan en los problemas reales de la educación superior, buscando ser propositivo necesitamos hojas de ruta ad hoc, no una hoja de ruta en singular que nos queda corta en México y en ALC, necesitamos múltiples hojas de ruta, miradas diagnósticas muy serias que emerjan del conocimiento académico y no solamente de la intuición política o de intuiciones coyunturales”, concluyó.
Alejandro González Ledesma subrayó que existe una dimensión regional de los problemas que no se ven reflejados en el documento como la inestabilidad política, el regreso de autoritarismos, la criminalidad organizada, el problema migratorio, además de cuestiones estructurales como el racismo y la violencia de género, indicó que también hay actitudes concretas de los gobiernos de la región que son hostiles a llamadas de alerta sobre situaciones graves que atraviesa el país, “es un reto muy grande este diferencial que existe entre el rumbo y los perfiles políticos, la expresión concreta de los problemas diagnosticados por la UNESCO para el caso regional y el margen de acción que tienen las universidades para enfrentar este tipo de acciones”, señaló.