Alvaro Aragón Ayala.
El delegado del CEN del PRI, Ramiro Hernández García, no es el brillante operador político que orquesta el cambio en la dirigencia estatal del tricolor en Sinaloa, sino un ingenuo de marca que ha de pensar, si es que piensa, lo cual está en duda, que los ex gobernadores del PRI que abrevan de Morena lo van a dejar instalar en ese cargo a un priista desligado de la Cuarta Transformación y de sus intereses.
El estado comatoso o de cadaverización del PRI-Sinaloa no garantiza, por si solo, un triunfo electoral en los comicios del 2024, pero en alianza con el PAN y el PRD podría cachar varias diputaciones federales y locales por la vía plurinominal. El pleito es por esas posiciones y por el manejo del raquítico presupuesto del tricolor.
El proyecto de los ex gobernadores Jesús Aguilar Padilla y Quirino Ordaz Coppel es mantener el control de los despojos del PRI estatal para convertirlo en un apéndice de Morena; el ex mandatario Mario López Valdez también cocina sus planes políticos en la Cuarta Transformación. Malova y Gerardo Vargas Landeros operan juntos desde el municipio de Ahome.
Ramiro Hernández García peca de ingenuo si cree que los exmandatarios le dejarán las manos libres para que arme su juego en el PRI estatal. Los ex gobernadores priistas socavan al tricolor. El enviado del Comité Ejecutivo Nacional no ha sopesado la desarticulación soterrada de los sectores del tricolor: hay dobles juego político en la Liga de Comunidades Agrarias(CNC), en la CNOP y en la CTM y se registran desbandada hacia las filas de Morena y el PAS.
El INFIERNO Y CASTAÑEDA
El alcalde de Culiacán, Juan de Dios Gámez Mendívil, propuso la creación de protocolos policiales especiales para impedir que se registren nuevos “culiacanazos”, planteamiento que fue recibido con agrado por la Coordinación General del Consejo Estatal de Seguridad Pública.
Miguel Calderón Quevedo, Coordinador General del CESP dijo que en Sinaloa se vive una evidente realidad que “preferimos ignorar: el narcotráfico. Ese elefante que aparentemente vemos y nos asusta cuando patalea, pero que cuando se oculta después, optamos por mejor no hablar de él”.
El titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Cristóbal Castañeda Camarillo, compareció en el Congreso del Estado con motivo de la glosa del primer informe de gobierno de Rubén Rocha Moya y no habló sobre los sucesos sangrientos ocurridos en el poblado de Jesús María ni el infierno en que se convirtió Culiacán a raíz del operativo militar montado para detener a Ovidio Guzmán.
Los diputados fueron condescendientes con Castañeda Camarillo y quedaron otra vez exhibidos. Días antes, el CESP los convocó a “que despierten y actúen. Su participación tras el jueves 5 de enero ha sido pasiva. Como representantes de los sinaloenses, les exigimos liderazgo. Su posición es la indicada para lanzar una Gran Convocatoria Pública para corregir la situación de inseguridad de Sinaloa, dejando de lado las agendas partidistas”.
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